30 noviembre, 2015

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Entrevista a Álvaro Santiago/ Artistas con experiencia

El artista oaxaqueño Álvaro Santiago ha hablado en numerosas ocasiones de su trayectoria. No es de extrañar, dado que comenzó a dedicarse a lo que le gusta llamar “oficio” desde que tenía 10 años, y esos son muchos si contamos que afirma haber nacido hace alrededor de 22,000 días, es decir, cerca de 60 años. Desde que estudiaba en la escuela primaria, Álvaro se definió como el artista de la clase: era él el que caricaturizaba a sus compañeros, el que dibujada a los héroes nacionales, o el que,  cuando hacían ponencias, ilustraba a los filósofos citados.

Todo empezó de una manera ingenua pero cambió cuando se dio cuenta que quería dedicarse profesionalmente a ello. Fue entonces cuando entró a la Escuela de Bellas Artes en Oaxaca y posteriormente a “la famosa Esmeralda”. Nunca completó sus estudios en esta última aunque reconoce que le cambió su manera de concebir la pintura. Fue después de una conferencia del escultor Francisco Zúñiga, donde entendió que no se podía estudiar arte en una escuela, que había que estar en el taller, como otro oficio más, y conocer los materiales y las técnicas con trabajo manual.

El tiempo es un tema importante en la vida de Álvaro Santiago porque después de tantos años en el mundo del arte es el que le ha dado más. Y también le ha quitado. Pasa horas y horas en su taller pintando y lo único que puede parar esa dedicación es el hecho de que ya no le quede más tiempo para seguir. Concepto que le une también a uno de los artistas en los que más se inspira: Giorgio de Chirico. Ver una obra de Álvaro Santiago remite al pintor metafísico por su universalidad y su trascendencia espacio-temporal, a la cual ha podido llegar después de liberarse de las temáticas culturales enraizadas que le dio el haber crecido en Oaxaca.

Uno de los pasos para llegar ahí, ha sido el profundo estudio del ser humano y su entorno. Considerándose un creador general y no un artista, ha indagado en las técnicas y materiales más diversos: pinta con óleo y acuarela, hace grabado y escultura, trabaja la cerámica y la madera, recicla materiales como, por ejemplo, el alambre...y ahora, nada más y nada menos, se ha atrevido con la talavera poblana. Su creatividad no tiene límites; la única limitante para Álvaro Santiago es uno mismo, o las inseguridades y los miedos de una persona.

El entorno no ha limitado la difusión del artista en círculos renombrados. A los 18 años inauguró su trayectoria en exposiciones con una exhibición individual en la Casa de la Cultura de Oaxaca. Aunque Álvaro, no mira para atrás y prefiere centrarse en las que vienen: una para el Museo de Hacienda en noviembre y otra de grabados para el Museo de Erasto Cortés en Puebla, para marzo del próximo año. La mayoría de las exposiciones que ha hecho han sido individuales, algo difícil sobre todo en los comienzos, pero hecho que Álvaro lleva sin pretensión.


Aires de creación y reflexión acompañan a Álvaro Santiago. En lo que abre un libro, admite que subraya las frases que más le gustan para luego usarlas como títulos para sus cuadros. Eso es lo que más le inspira. Eso, y la mujer. Figura e imagen que intenta plasmar en años más avanzados de la vida, cuando ya han sido madres, intentando otorgarle la dualidad mujer-madre y devolverle la sensualidad perdida ante los ojos de la sociedad por este motivo. A pesar de estas musas inspiradoras, Álvaro no tiene otra mujer que el arte mismo dado que para él el arte es “la mejor amante del mundo: no pide nada y te da todo”. 

 

 

 

 

Sobre Álvaro Santiago

Nació el 30 de enero de 1953, en la ciudad de Oaxaca, Oaxaca. Estudió en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca y en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda de la Ciudad de México. Ha participado en más de setenta exposiciones colectivas en México y en el extranjero. Asimismo, ha realizado más de 30 muestras individuales y diez murales. Su obra se encuentra en las colecciones permanentes de varios museos mexicanos y del exterior. El artista mexicano ha explorado, prácticamente, todas las expresiones de las artes plásticas: la pintura, el muralismo, el dibujo, el grabado, el arte objeto, la cerámica y la escultura de gran y pequeño formato con los más diversos materiales, con su propia expresión artística.

 

 

  

Obra en Arte Posible

 


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